viernes, 24 de febrero de 2012

Te presento a la gilipollas que se atrevió a creer que la querías. Ahí esta, fumando un cigarro encima de la cama, apagando la colilla contra las sábanas. Maldiciendo el día en que pensó que cuando se levantará a la mañana siguiente  te encontraría en la otra punta de la almohada. Esta harta de ser engañada, coge la vajilla y la estrella contra la ventana. 

viernes, 27 de enero de 2012

Quiero fusionarme. Como una unión entre nosotros. Tan fuerte que consigamos hundir todos los problemas. Y perseguirnos como si fuéramos viento, dos corrientes que juegan veloces. Quiero ver como nuestros dedos se intercalan, y me vas acercando hacia ti mientras sonreímos como un par de gilipollas. Porque tu sonrisa es la que ilumina este blog. Sí, tu sonrisa es la que ilumina California. 

Al igual que se combina la membrana de la vesícula con la de la célula.

domingo, 8 de enero de 2012

Cree. Tápate con una manta blanca de optimismo que proteja tu corazón del negro inhumano que últimamente lo envuelve todo. Es tan frío que te recorre por dentro hasta conseguir que ya no puedas ni respirar. Te ahoga, te hace sentir acorralado, te hace llorar hasta la deshidratación. 


sábado, 24 de diciembre de 2011

Mister winter llega cargado de  risas y de  champán. Salgo con mi  abrigo blanco, el que a ti tanto te gusta. Se respira el frío, y hace que  me duela la garganta.  Escribo tu inicial en el vaho de las ventanas. Mister winter sabe a chocolate caliente. Caliente como las castañas de los puestos en la calle. Caliente como las noches en tu cama. 


domingo, 18 de diciembre de 2011

Aun me acuerdo de todas esas noches juntos. Esas mañanas en las que tenía que despegarme de ti. Me ponías tostadas y café. Luego nos duchabamos juntos y subíamos al ático en albornoz a gritarle a la ciudad cuanto nos queríamos. Tú tan gilipollas, yo tan inocente, aún estoy echandote de menos.

Son malos tiempos para los soñadores. Nos maltratan. Nos llaman ingenuos por creer, nos llaman gilipollas por amar. Son malos tiempos para los soñadores, el ambiente está cargado de realismo. Ya no nos dejan ni repirar. 

Lloré durante 2 horas, bebí durante 2 días, dormí durante 24 horas. Me levante de la cama con los ojos negros y los tacones puestos. Todavía sentía el alcohol corriendome por las venas.